Nada entiendo
Llora el tiempo por los dedos
se hace infinito su alarido
el caudal borra las sombras
abre los sentidos.
Llora notas tristes
del destino
se entona en las madrigueras
y los laberintos vespertinos del sol
escondidos al usurpador proscenio.
Llora por las necedades
en las tardes
embravecidas del mundanal ruido
las auroras ya no
laten a su ritmo.
Nada entiendo
sigue palpitando el
siglo
como un corazón infinito sin rostro
entre los árboles del bosque,
desvestidos.
Nada entiendo
el viento no tiene prisa
se apodera segundo a segundo
en las languideces tenues de
su signo.
Nada entiendo
se ha terminado el silencio
volcado una consigna
que eleva las instancias
a su nuevo acierto.
Le habla al oído
seca sus lágrimas
viste de sonrisas
a la luz del día.
Entonces todo cambia
se extiende, no se escurre
en los atardeceres vive.
Pinta sin pinceles el paisaje más bello
del aire que respira
dentro de sus colores, le enmarca
para dejarle libre.
Autoría: Rosa Torres Urra
©Derechos Reservados de Autor
Registro Propiedad Intelectual
Nº 228107/2013/Chile
Foto red.
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