No, no llegarás
a ahogar mi presente
te desataré en un instante
con una estela de viento
tomaré mi pincel más fino
y con su agudeza, delataré
ese rostro entre las nubes
dejándote al descubierto
con mi pluma, desataré
todos tus enredos
- expuesto -
a la vista del universo
la espada, sí la espada
que defiende mis hazañas
será tu fin entre mi dedos
-tan solo al aparecerte-
¡desaparecerás!
con el bálsamo que protege
mi tienda
notaré hasta en la sombra
si osas traspasar mi esencia
o la de mis pequeños
con lámpara, espada y faro
ya lo has oído
el cielo no tiene dueño
la tierra es fértil
el alma no tiene fin
el espíritu, único
la esencia, divina
no hay espacio
para que te asomes
¡no lo intentes!
a tocar las fines pieles
¡devuélvete, devuélvete!
a ese enjambre cobarde
de los desconsuelos
a quien ahora y por siempre
libertado es
-siendo -
sin esa almohada de pesadillas
con un pincel,
sin esa almohada de pesadillas
con un pincel,
en mi cielo
defendiendo la vida
a tu sitio, te devuelvo.
Miedo
a tu sitio, te devuelvo.
Miedo