Hacía otro comienzo, nuevo año:
¡Tan bella es la vida!
... a veces se nos
enseña
que algunas cosas se terminan...
No, no es siempre así, es
el misterio que nos
viene a regalar otras
oportunidades,
con sus nombres nuevos, estilos,
variadas estaciones, entre
coloridos y sones.
Es allí, donde el privilegio de cada existencia
mezclado con la sabia de su propio néctar
abraza sus realidades para en ellas consagrarse.
Y nada termina, solo se cambia:
se cambia las horas, los días, las instancias,
las miradas, con sus propias ansias.
Todo vuelve a cobrar sentido, entonces se engalana
se abren las puertas, iluminan los ánimos y todo calza
se saborea su savia, en las benditas horas que te llaman a
abrazarlas.
Conociendo entonces, que aquel que se va - solo así se le llamaba “año
viejo”
para distinguirle de otros, que vienen a cubrir con nuevo nombre
enamoradas jornadas: “año nuevo”
Entre numerosos cantos, allí tú estabas
y estarás de nuevo invitado para celebrarlas
con tu propio nombre y un sin fin de oportunidades.
Entre tantos matices, sueños y realidades
engalanar tus instantes, hacerlos propios
mezclarles de dulzura
y de ellos adueñarte.
Y todo será nuevo, tu instantes, tus tardes, tus horas
tu despertar cada día
celebrando con ansías:
felicidades, felicidades.
Rosa Torres Urra
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Chile/ 2012.